Un paso es poca distancia. La sufiente para salvar esa marea que atrae a Segunda a los equipos flojos de piernas y carisma. Los fallos en las últimas jornadas penalizan en la clasificación y en la moral. El Racing salió ante el Mallorca muy obligado. Había cogido inercia al descenso y se deprendió de su peligrosa querencia con el desparpajo de Giovani, el trabajo de Rosenberg, el poderío de Lacen y la agilidad de Toño
La parsimonia es incompatible con la sorpresa. El Mallorca jugó desperezándose y el Racing le puso el nervio necesario para vencer justo y claro (2-0). Lacen fue el ejemplo a seguir. Se hizo el amo del centro del campo. De una recuperación suya partió la jugada del primer gol. La velocidad de Giovani Dos Santos por banda y el oportunismo de Rosenberg en el área hicieron el resto.
El juego del Mallorca echó de menos a un Chori Castro más comprometido, a un japonés Ienaga menos cohibido y a un De Guzmán más afinado. Atacó con paréntesis, sin hilo. Webó se convirtió en un gladiador de lo imposible cada vez que intuía como un pase un balón colgado sobre la defensa del Racing.
Toño le paró un penalti a Ramis que habría supuesto el empate a uno antes del descanso
A los equipos sin ideas le aportan creatividad los individuos. De Guzmán le echó algo de inventiva en una jugada personal dentró del área que acabó en penalti sin obra ni gracia de Henrique. Ramis lanzó bien pero encontró la respuesta del especialista Toño, que ha parado tres penaltis esta temporada.Un gol de Kennedy puso el candado a la primera parte y al partido. Lo consiguió en el lanzamiento de una falta escorada. Buscó portería y encontró la reaccíón tardía de Aouate. El cancerbero se comió el balón y salió dolorido del tropiezo con un poste que obligó su cambio en el descanso.
El Mallorca animó su espíritu en la segunda mitad. Caminó con más decisión hacia el campo contrario. La defensa quedó descuidada y obligada a cubrir más metros. Giovani se erigió en el mayor incordio, por la derecha o por la izquierda. La ocasión más clara de esta fase la tuvo Munitis, torpe en un pie a mano con Lux.
Giovani fue el mayor incordio del Mallorca apareciendo en velovidad por derecha e izquierda
El Racing se volvió más agresivo con el rival y presionó algunas decisiones del árbitro. Aparecieron las tarjetas, casi todas por inútiles protestas. Por contra, Delgado Ferreiro dejó sin sanción un par de manotazos de jugadores del Mallorca, involuntarios pero sancionables.Los de Laudrup cubrieron expendiente en los últimos minutos. Acecharon la portería de Toño, que se destapó como un portero de mucha categoría y como un resistente saco de golpes. Los aguanta su equipo, que encajó los resultados de otros campos como lo hacen los equipos gallardos: golpeando más fuerte.
El mejor Toño, mejor dicho SUPER TOÑO, los dos suecos estuvieron sobresalientes, destacando los dos canteranos
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