martes, 28 de junio de 2011

Pernía y Marcelino firman la paz

Francisco Pernía y Marcelino firmaron la paz. No hubo denuncias y no se verán en los Juzgados. Al final, hablaron personalmente el presidente del Racing y el ya entrenador del Sevilla y llegaron al pacto al que no pudieron llegar los abogados de ambas partes en los veinte días que han tenido para ponerse de acuerdo. Los dos han tenido que ceder y finalmente se eligió la fórmula más adecuada para que ninguno saliera perjudicado. «Todos pensamos que tenemos derechos. Cuando nos deben 89.000 euros, decimos que nos deben 100.000 y si debemos 24.000, decimos que son 20.000. Siempre pasa igual», aseguró el mandatario racinguista para ejemplificar el porqué de la demora en el acuerdo.
Marcelino y sus colaboradores rescindieron de manera unilateral el contrato que les unía con el Racing por un año más y esa circunstancia era la que el club pretendía denunciar si no se llega a consumar el acuerdo de ayer. No habrá pago alguno de por ninguna de las dos partes. «Hemos quedado en que no habrá ningún tránsito de dinero», sentenció Pernía. Las cantidades se han redondeado para evitar los Juzgados.
Alrededor de un millón
El año de contrato que el asturiano tenía firmado con el Racing por entrenar el año que viene rondaba el millón de euros. Esta cantidad comprendía los honorarios del primer entrenador, de su segundo, Rubén Uría, y del preparador Físico, Ismael Fernández. Sin embargo, el dinero que el club no ha pagado a día de hoy a los técnicos, además de a su representante, Eugenio Botas, y que debería haberlo hecho antes del 30 de junio como fecha límite, rondaba los 850.000 euros. El bufete de abogados que defendía al asturiano, confiaba en que representado sólo abonará varias mensualidades en concepto de indemnización por su marcha del club santanderino. No obstante, la falta de jurisprudencia en casos similares no les aportaba todas las garantías. Cualquier interpretación por parte de un juez distinta obligaría a pagar a Marcelino la totalidad de sus honorarios, postulado que defendían los abogados del Racing. Las posturas entre los letrados eran claras, pero, al mismo tiempo, enfrentadas, de ahí que se haya agotado el plazo hasta el último día. «Los plazos están para eso, si no nos volveríamos locos, es como el plazo para hacer fichajes. Termina el 31 de agosto, pues bien», concluyó el presidente. Por su parte, Eugenio Botas, representante de Marcelino, mostró su satisfacción ayer en declaraciones realizadas para los medios sevillanos. «Estamos contentos. No ha habido que acudir a los Juzgados y todos estamos felices». Para Pernía, en ocasiones, los plazos se agotan porque «las cosas se hablan entre jurídicos y es normal que ninguno quiera dar su brazo a torcer».
Evitar pagos para ahorrar
La decisión tomada ayer corresponde a la política que tanto Pernía como Roberto Bedoya, director general del Racing, se han planteado mientras no haya solución a la situación accionarial del club. Los propios abogados que asesoraron al Racing en esta contienda animaron a sus clientes a que buscaran un acuerdo porque la interpretación jurídica del caso no arrojaba garantías totales.
El Racing no quiere tener que pagar si lo puede evitar. La falta de liquidez alarmante que asola a la entidad obliga a seguir esa dirección. El caso de Marcelino es muy diferente a los tres litigios que el club mantuvo con los últimos tres técnicos racinguistas. A todos ellos, Portugal, Muñiz y Mandiá, los hubo que indemnizar por despido, si bien es cierto se llegó a un acuerdo y no hubo que abonar las cantidades completas a ninguno de ellos. En esas ocasiones, el Racing tenía las de perder en cualquier juicio que hubiese derivado la situación ya que existío un despido improcedente en toda regla del empleado en cuestión. Con este acuerdo, las dos partes salen contentas, pese a que una parte de la afición verdiblanca pretendiera que el técnico pagara la cuenta.

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