viernes, 11 de febrero de 2011

Marce quiere oír al equipo para decidir la estrategia

No es que dude. Es que el hombre que más ha hecho por poner en el mapa a Careñes tiene el convencimiento que la mejor manera de defender las jugadas de estrategia es aquella con la que más a gusto estén sus futbolistas. Al hombre (mixta en realidad, porque siempre hay más defensores que atacantes) o en zona. Quiere escuchar a su portero y a sus defensas antes deponer una u otra en práctica contra el Sevilla.
Ayer dedicó el único entrenamiento de la jornada, vespertino y, de nuevo, a rebosar de aficionados, a entrenar las jugadas a balón parado. Por lo que respecta a los saques de esquina, siempre con los once futbolistas dentro del área, trabajó la zona y la mixta. Ésta desde tres a cinco marcajes individuales. El Sevilla, rival de mañana, es uno de los equipos con una estatura media más elevada y que mejor va en el juego aéreo. Buena piedra de toque, sin duda, para medir al equipo en estas acciones. Hoy tomará una decisión.

Sin revolución.

Con el poco tiempo que ha tenido para conocer a alguno de sus nuevos pupilos, a Rosenberg y a Giovani ni los ha visto, por ejemplo, el entrenador asturiano tiene decidido realizar muy pocos cambios con respecto a los futbolistas que vienen jugando en los últimos partidos. Otra cosa será a partir del partido de Getafe, después de haber dispuesto de tiempo de una semana más de trabajo.
Por lo que respecta al sistema, el dibujo no variará tampoco mucho. Como a Portugal, a Marcelino le gusta utilizar el 4-4-2, que puede variar en función de los futbolistas a 4-4-1-1. Los dos con los que se ha jugado esta temporada. Aun dependiendo de las pruebas radiológicas de hoy a Rosenberg, parece que ni él ni Giovani serán titulares mañana.

Hoy les sacan la sangre

No es ninguna metáfora. Es literal. Antes del entrenamiento se realizará un control hematológico para que, con los resultados que transmita el laboratorio, el preparador físico Ismael Fernández comience a tomar decisiones. Luego tocará desayuno conjunto y, a las 11:00 horas, 50 minutos de trabajo táctico orientado al Sevilla.
-¿Se fue dolido con quienes vincularon su marcha sólo a una cuestión de dinero?

-Me quedó que dijesen: 'dejó el Racing por dinero para ir al Zaragoza'. No es así. Hay unos tiempos marcados. Hay un tiempo en el que decidimos no seguir en el Racing. Fue en marzo, después de jugar la Copa con el Getafe. Como estábamos jugando por cosas importantes, eso se mantuvo en silencio. No queríamos jugar con el club para que buscara soluciones con tiempo. Luego ocurre todo lo del final y te hace dudar. Pero hay que ser consecuentes y si pensamos en la dificultad para repetir todo aquello, decidimos no seguir. Pero eso estaba decidido desde marzo y en ese tiempo sólo tuve una negociación, que fue con el Valencia y se lo dijimos al Racing nada más salir de la reunión. Mi forma de actuar con el club fue clara, transparente, limpia, nítida... Luego se produjo la despedida y las palabras que dije, las dije. Posteriormente a todo aquello hay una llamada a mi representante y me ofrecieron un proyecto deportivo que me hizo dudar. Con nombres concretos y con un sí a todo. Para el primer año y un segundo año con nombres concretos. Luego, esas cosas no se cumplen el 31 de agosto. En ese momento barajas muchas cosas y ahí sí piensas en el dinero. Pero no cuando firmé, porque cuando yo dije sí no se habló de dinero, igual que ayer con el Racing. Siempre sigo ese proceso y hablo con Ismael y Uría del proyecto deportivo. Porque yo en lo económico no estoy. Y eso sucedió. Por eso no comparto que digan que dejé el Racing para ir a Zaragoza a Segunda. Dejé el Racing y, luego, no se cumplió lo que dije de entrenar a un equipo con posibilidades reales de estar en Europa. Eso no se dio, pero pensamos que ese proyecto nos llevaría a hacerlo más adelante. Sin embargo, de esos nombres prometidos no hubo ninguno.

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