El Racing aún está en rodaje pero lo que está claro que le falta mucho por rodar y unas cuantas puestas a punto para llegar a la Liga con garantías, como se encargó esta tarde de dejar claro el flamante Eibar, que estrenará categoría (nada menos que Primera División) esta temporada y que tuvo la gentileza de mostrarle al Racing algunos de sus defectos.
De nuevo es muy pronto, solo el segundo partido de pretemporada, y esta vez ante un rival superior y aún sin apenas refuerzos, pero tampoco es muy diferente la situación de los armeros.
Paco Fernández probó esta vez con una alineación diferente y contemporizadora, pero que a la vez tiene aspiraciones de versatilidad: el 4-1-4-1 con el que Muñiz comenzó a enemistarse hace un lustro con E El Sardinero y que a tenor de lo visto este sábado no es el traje que mejor le siente al Racing.
Pese a los tres ejes, los cántabros, como la tarde completamente de negro, perdieron en varias fases la batalla de la medular y pese a plantear un partido digno mostraron demasiada debilidad en defensa. No es que fallara la línea, concretamente la línea de zagueros, sino todo el sistema defensivo, única explicación para que un Eibar, tan plúmbeo como los cántabros, se las arreglara a marcar sin más oposición que la de Mario en sus dos únicas llegadas en el primer tiempo.
De nuevo el partido pareció, por momentos, un entrenamiento de calidad, como había sucedido ya la semana pasada en Escobedo, pero los abismos futbolísticos que separan la Primera División española de la Tercera cántabra se evidenciaron en un marcador desfavorable a un Racing que esta vez se mostró mucho más vertical y con menos vocación por el juego por las bandas, pero igual de inofensivo en ataque, encomendado a un Koné que no entró demasiado en juego.
Cuando ambos equipos se marcharon al vestuario el Racing ya perdía 2-0 como consecuencia de los dos únicos disparos entre los tres palos. Porque el tercero, una falta eibarresa, se marchó fuera de la portería de Mario. A cambio, el Racing había probado suerte hasta en cinco ocasiones. Pero solo eso; probado suerte, porque ni siquiera había llegado a disparar con peligro más allá de algún balón colgado que no encontró rematador.
Pequeñas diferencias
Tras el descanso los cántabros siguieron el guión habitual en estos partidos e hizo nada menos que cinco cambios, entre ellos los de los dos centrales, sustituidos por Bernardo, que debutaba así como racinguista, y Orfila. El Eibar, para el que el envite parecía no merecer ni el calificativo de pachanga a juzgar por su intensidad en el juego, hizo solo dos, los de Ekiza y Navas.Con los nuevos actores también cambió un escenario al que la lluvia dio una tregua, e incluso el Racing comenzó secarse del chaparrón. De nuevo con un sistema similar a un 4-4-2 clásico y con Andreu Javi Soria como ejes, los de Paco Fernández recuperaron el pulso del partido y progresaron territorial y futbolísticamente. Sobre todo en la contención, aunque, por supuesto, sin demasiados alarde. Tampoco se puede decir mucho más de un Eibar sin mordiente que también deberá ofrecer mucho más si no quiere sufrir más de la cuenta en su debut en la máxima categoría.
EIBAR: Xabi; Boveda, Kijera, Añubarro, Albentoso; Capa, Errasti, Arruabarrena, Dani Nieto; Dani García, Javi Lara. También jugaron Lillo, Julen iriarte, Ekiza, Raúl Navas, Julen Azkue, Íñigo, Ortega y Gayoso.
REAL RACING: Mario; Francis, Javi Soria, Samuel, Saúl; Fede San Emeterio; Iñaki, Granero, Andreu, Prada, Koné. Tras el descanso entraron Orfila, Bernardo, Borja San Emeterio, Miguélez, Rubén Durán. En el minuto 73 entraron Oriol y Fede San Emeterio. En el minuto 85 entraron Alex y Jonatan
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