lunes, 2 de diciembre de 2013

CD TROPEZON 0-5 REAL RACING CLUB

 
Cambio de sistema
Paco Fernández cambió la alineación y el sistema táctico (pasó del 4-2-3-1 al 4-4-2) para adaptarse a las malas condiciones del césped de campo artificial de Santa Ana, que pese a los trabajos de los últimos días presentó una imagen impropia del gasto realizado y de lo que merece el club taniego: la circulación de balón era complicada, el balón quedaba trabado sobre la masa de arena y cáscara de coco que se acumulaba en la superficie como si fuera barro y los jugadores andaban temerosos hasta que consiguieron adaptarse a las condiciones.
Por eso, el juego del Racing se basó en constantes desplazamientos en largo en busca de la velocidad de Koné y de la fortaleza de Mariano, la gran novedad en la alineación, la que justificó el cambio de sistema y propició que los dos delanteros del equipo jugaran por primera vez juntos de inicio. Por detrás, Durán y Nieto en las bandas y Andreu y Javi Soria en la zona de destrucción y brega, porque lo de construir había que dejarlo para otro encuentro. Y en defensa Orfila entró por el lesionado Francis para formar junto a Juanpe, Agustín e Iñaki. En la ruleta de las rotaciones de la portería le tocó suerte de nuevo a Sotres.
 
De poder a poder
La primera parte se disputó de poder a poder, a través de un fútbol de los de antes, de brega, fuerza y lucha, de camisetas embarradas, alejado de gominas y botas relucientes. Había que remangarse y los dos equipos lo hicieron. El ‘Trope’ porque forma parte de su razón de ser, de su supervivencia. Y el Racing porque no le quedaba otro remedio si quería salir vivo de Santa Ana. Sólo a partir de ahí su calidad podría decidir. Ayer la intensidad no se podía medir.
Las ocasiones no se hicieron esperar y su sucedieron a la misma velocidad a la que se jugaba el partido en un choque de estilos atractivo para el espectador. La primera llegó en el minuto 4 tras complicarse Agustín la vida al intentar conducir el balón dentro del área: Alberto Dorronsoro le robó el esférico y disparó alto por encima del larguero de Sotres. Koné replicó en el 6 con un disparo desde la frontal que terminó en las manos del otro Dorronsoro, el portero. El delantero costamarfileño perdonó a continuación lo que parecía imposible al cruzar en exceso su disparo cuando se plantó solo ante el guardameta local. Y sólo era el minuto 11. Koné puede perdonar una pero no dos. El central Nando fue incapaz de despejar un balón desplazado en largo desde la defensa racinguista que terminó en improvisada asistencia: el pichichi de la categoría se quedó solo delante del portero del ‘Trope’, al que fusiló con la pierna izquierda en el minuto 20.
Los locales no se amilanaron pese al gol en contra y siguieron con su guión de buscar a un incansable Luis Alberto para que aportara su criterio y repartiera juego hacia los extremos Fer y Adrián y los puntas Dorronsoro y Rafa. Pero seguían sufriendo cada vez que el balón llegaba a Koné: el Racing acumulaba ocasiones a la misma velocidad que se desarrollaba el partido, precisamente las que le faltaban al Tropezón. Aquí es donde más se notaba la diferencia de calidad.
Los mejores minutos de los taniegos llegaron en la recta final de la primera parte, tramo en el que se decidió el partido. En el minuto 29, el colegiado Aritz Azpilicueta anuló un gol a los amarillos por un fuera de juego dudoso. La decisión envalentonó al ‘Trope’, que rondó el empate en dos jugadas consecutivas:en el 32 un balón colgado por Fer al segundo palo no encontró rematador tras el toque de cabeza de Alberto Dorronsoro; y en el 35 Adrián remató de cabeza a la salida de un córner pasando el balón a centímetros del palo izquierdo de la portería defendida por Sotres. Y cuando los aficionados locales se ilusionaban con el empate, el Racing sentenció con la contundencia que caracteriza su poder ofensivo. Koné robó un balón tras un saque de esquina del Trope e inició una galopada de portería a portería apoyada en una pared con Durán. Su disparo fue repelido por Dorronsoro, que no pudo hacer nada con la réplica de Mariano, que tuvo la calma y la clase necesarias para llevar el balón hasta el fondo de las mallas. El delantero marcaba su primer gol de la temporada, un premio al incansable trabajo sucio que realizó durante su notable partido, en el que se fajó en cada esquina del campo. Un contragolpe de libro al filo del descanso que sentenció el partido. El 0-2 era una losa demasiado grande.
El Tropezón tenía el ejemplo del encuentro ante el Oviedo, donde también se fue al descanso perdiendo por este mismo resultado y estuvo a punto de igualar al final. Pero el Racing no le dejó, impidió cualquier atisbó de reacción. Paco Fernández metió más poderío físico en el campo con la entrada de Barrio por Andreu y la posterior de Granero por Durán. El Racing se convirtió en un bloque aún granítico ante el que los locales se sentían impotentes. Ni siquiera la entrada de los veloces extremos Perujo y Álex pudo hacer daño a la fortaleza visitante, que sentenció el resultado con otro contragolpe de escuela rematado por Koné en boca de gol tras el robo de Granero y el pase de la muerte de Nieto. Era el minuto 64 y sólo quedaba por saber si el Racing quería hacer sangre de un rival muy herido. Y lo hizo con otra de sus virtudes, el balón parado, que ha encontrado en Iñaki en un asistente de lujo: en el 74 un omnipresente Granero marcaba el cuarto tras un sensacional remate de cabeza y en el 76, Juanpe, con la colaboración del local Sergio Conde, llevaba con su testa el 0-5 al marcador tras un córner. Un castigo puede que excesivo para el ‘Trope’ pero indiscutible por la fortaleza del Racing. Los de Lolo Herrera sacaron fuerzas de flaqueza para intentar el gol de honor. No lo consiguieron, pero sí el reconocimiento de todos los asistentes por su esfuerzo y empeño. El Racing se llevó para casa los tres puntos en un derbi desigual y el Tropezón el orgullo de haberse dejado el alma en el intento. Y la recaudación, vital para cuadrar
 

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